me acerco con mi guitarra en la mano al banco donde tocábamos
y en segunda fila estaba Erika, sentada junto a un grupo de niños,
me dio gusto verla, le sonreí y ella me tomó la mano y rápidamente me dice que necesita conversar conmigo,
lo que me mantuvo ansioso durante toda la misa.
Terminó la ceremonia, salimos hacia la sacristía donde nos juntábamos todos después de la misa,
varios se dirigieron a uno de los salones donde estaba Nelson, el guitarrista que toca en las misas de los sábados, quien además tiene en un estilo country muy particular y que admiro.
Erika iba conmigo y nos dirigimos a otro salón que estaba desocupado,
el pasillo estaba oscuro y ella iba detrás mío, ansioso con el momento,
le reproché que no me había saludado y me acerco a ella para besarla en la mejilla,
pero a causa de la oscuridad, no besé su mejilla sino sus labios,
beso que ella recibió y claramente aceptó, respondiendo con otro beso más dedicado:
Un Beso Maravilloso.
Volvimos de la mano al salón donde estaban los demás junto a Nelson,
quien ahora, no me interesaba escuchar ni a ninguno de los que estaban allí,
yo sólo quería estar con ella para abrazarla y besarla libremente.
Salimos de la iglesia y nos fuimos caminando rumbo a su casa.
Subimos por O'Higgins hasta Baquedano, donde la besé nuevamente.
Seguimos caminando hasta el Paseo Balmaceda, respirando el aire nocturno del mar,
y siguiendo ese ritmo nos abrazamos y besamos varias veces.
Frente al Liceo Politécnico fue el beso más maravilloso que he recibido en mi vida. ¡Wow!
Seguimos caminando hasta llegar a su casa y un último beso cerró la magia
y de vuelta a la casa de mis abuelos, un tanto tarde, pero confiado en que me entenderán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario