y por supuesto, el trasnoche.
Despertar el sábado y el domingo en la mañana, después de las 11am
sintiendo que no fue un descanso, sino sólo una breve siesta,
la piel seca y los ojos ardientes,
esperando en algún momento del día, poder volver a recostarse
y cargar las energías que se fueron en la noche.
Tengo que manejar correctamente, esta vez,
ya conozco la experiencia
y la pérdida de Vitamina B, producto del trasnochar,
genera una cadena de eventos que preparan el ambiente
para vivir un Infierno familiar.
Dios cuide mis pasos, mis rutinas y decisiones
para equilibrar todas las tareas.
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